Hoy vamos a utilizar el título del libro de John Gray «Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus» aplicándolo a la venta de viviendas.
Los vendedores son de Mercurio.
¿Y por qué de Mercurio?, te estarás preguntando.
Porque Mercurio es el dios del comercio.
Y sí, si estás vendiendo tu casa tienes que tratarla como tal, un producto.
¿Y cómo se hace eso?
Preparándola, presentando la mejor versión posible de ella.
Tu casa es un escaparate.
Si está descuidada o desordenada, lo único que vas a conseguir es tardar en venderla y que las ofertas que recibas, si es que recibes, sean más bajas de lo que tú esperas.
Sin embargo, con una casa bien presentada, limpia y con una decoración neutra, lo que se consigue es que los compradores se imaginen viviendo allí.
Además, los compradores estarán dispuestos a pagar por una vivienda cuidada y en las mejores condiciones, ya que les da la impresión de que han hecho una buena inversión.
Con eso, se reduce el tiempo de venta y las negociaciones.
¿Qué puedes hacer? (además de leer publicaciones anteriores, en las que lo hemos explicado con más detalle)
- Una limpieza profunda.
- Pequeñas reparaciones.
- Despersonalización (retira las cosas personales de la vista, ya sabes)
- Una mano de pintura fresca.
- Unos ambientadores distribuidos estratégicamente.
Con eso ya habrá una gran diferencia.
Y ahora vamos a los compradores.
Los compradores son de Venus.
Sí, la compra de una vivienda, salvo contadas excepciones, es totalmente emocional.
Cuando una persona busca una casa, no solo está buscando un lugar físico donde vivir; está buscando un hogar, un espacio donde crear recuerdos, donde sentirse seguro y feliz.
Esta conexión emocional es lo que realmente impulsa la compra de una vivienda.
Cuando los compradores entran a una casa, lo que realmente buscan es imaginarse a sí mismos y a sus seres queridos en ese espacio.
Necesitan poder visualizar cómo sería su vida allí: cómo se verían celebrando cumpleaños, disfrutando de cenas familiares o simplemente relajándose después de un largo día.
Si no pueden hacer esa conexión emocional, no tendrán interés en la compra.
Al preparar tu casa, no solo estás mejorando su apariencia y diferenciándote de quien no lo hace, sino que también estás enviando un mensaje claro: que has cuidado de tu hogar y que está listo para sus nuevos propietarios.
Por supuesto, si necesitas ayuda para ello, ya sabes, contacta con nosotras.
¡Con cariño!
Rocío y Mónica