Me pasé el confinamiento haciendo puzzles
No solo yo, mis hijos también.
Para mi el confinamiento ha sido la guerra de mi generación.
Hoy ya casi no nos acordamos, pero estuvimos mucho tiempo metidos en casa sin salir.
Nosotros vivimos en un piso en el centro, sin jardín y sin terraza, por lo que encontramos en los puzles una forma de pasar el rato.
¿Y qué hicimos después con toda esa productividad?, enmarcarlos. Y os aseguro que fueron muchos, me gasté un dineral en marcos.
Pero luego, llegado el momento, no tenía donde ponerlos. (Puse uno hasta en el baño).
Hoy, una vez que ha pasado el tiempo, no solo no veo el motivo para tener la casa llena de puzles, sino que si la estuviera vendiendo debería quitarlos todos.
Esos puzles cuentan nuestra historia, el tiempo que pasamos haciéndolos.
Cuando vendes tu casa, debes despersonalizarla para que los posibles compradores puedan imaginarse viviendo allí.
Y, en mi caso, todos esos puzles, que representan una época específica de nuestras vidas que estoy segura no resuena con los compradores.
Tienes que crear un lienzo en blanco que ellos puedan rellenar.
Esto permite a los compradores ver el espacio como suyo, imaginar sus propias decoraciones y sus propias historias.
Es importante quitar todos los objetos personales, como fotos familiares.
Al hacerlo, ayudas a los compradores a enfocarse en lo que realmente importa: el potencial de la casa.
Vender una casa es un proceso emocional.
Es necesario dejar de lado los apegos y ver la vivienda desde la perspectiva de los compradores.
Ellos necesitan ver una casa donde puedan proyectar su futuro, no la historia de otra familia.
Así que, si estás pensando en vender, recuerda: despersonaliza y prepara tu hogar para que sea acogedor y neutral.
Si tienes alguna pregunta sobre cómo preparar tu casa para la venta, no dudes en contactarnos.