Creo sinceramente que la mejor forma de trabajar la venta de una casa es la exclusiva.
Y no, no lo digo como agente inmobiliario, lo digo pensando como lo haría cualquier vendedor que quiere obtener el mejor resultado.
Y te voy a explicar las tres formas más habituales de gestionar la venta de una propiedad:
Exclusiva
El propietario se compromete con una inmobiliaria para que sea la única autorizada a vender la vivienda por un tiempo determinado, de forma que no puede venderla por su cuenta ni trabajar con otra inmobiliaria durante el tiempo que dure el compromiso.
¿Qué significa?:
- Se evitan duplicidades y confusiones en el mercado.
- Mayor compromiso por parte del agente.
- Mayor inversión en marketing (fotografía profesionales, anuncios premium).
- Control total sobre el mensaje, el precio y las condiciones.
- Seguimiento cercano, transparente y profesional.
- Mejor control de visitas y negociaciones.
Es ideal para propietarios que valoran el orden, la eficacia y los resultados, y que prefieren dejar la gestión en manos de un profesional que no solo publica, sino que trabaja activamente por vender.
Agente único (exclusiva compartida)
Es un término medio entre la exclusiva y la venta abierta, una sola agencia gestiona la propiedad, pero puede colaborar con otras agencias para encontrar comprador y el propietario puede venderla por su cuenta mientras tanto.
Características:
- Posibilidad de compartir la propiedad con otras agencias.
- Estrategia centralizada con más canales de promoción.
- Mayor flexibilidad sin perder el control.
Es un modelo más flexible, aunque algo más difícil de controlar en términos de imagen de marca y posicionamiento.
Venta abierta
Supone trabajar con varias agencias al mismo tiempo, sin compromiso exclusivo con ninguna, y el propietario puede venderla por su cuenta si encuentra comprador. No se firma un compromiso con nadie y cada uno publica y gestiona como quiere.
Puede parecer buena idea al principio (“cuantas más agencias, mejor”), pero en la práctica suele generar más lío que resultados.
Lo que pasa normalmente:
- Tu vivienda aparece repetida en los portales, generalmente las mismas fotos (hechas con el móvil) a veces con precios distintos.
- Nadie se esfuerza demasiado, y por supuesto no se invierte, porque todos piensan “para qué, la va a vender otro”.
- No hay estrategia ni control.
- Y los compradores… se confunden o desconfían.
En resumen,
Si tu objetivo es vender tu vivienda al mejor precio y en el menor tiempo posible, hay algo que debes tener claro: la forma en que decides comercializarla SI marca la diferencia.
Trabajar en exclusiva con una agencia de confianza no es limitarse, es apostar por un proceso bien planificado, personalizado y con alguien que realmente se involucre en la venta.
Cuando una agencia tiene tu confianza y sabe que es la única autorizada a gestionar la propiedad, te convierte en su prioridad. Invierte más tiempo, más recursos y más esfuerzo. Porque ya no eres «uno más del montón», eres el cliente al que quiere ayudar a conseguir el mejor resultado posible.
Y eso, en el mundo inmobiliario, se nota.
Se nota en la presentación de tu vivienda, en la estrategia de marketing, en la calidad de las visitas y en la forma de negociar.
Porque cuando se hace bien desde el principio, vender deja de ser un problema… y se convierte en una solución.
Y eso empieza con una decisión sencilla, confiar tu vivienda a quien realmente se compromete contigo.
Con cariño.
Rocío y Mónica